lunes, 14 de noviembre de 2011

LIBERTAD DE PRENSA, MANJAR EXQUISITO.



El Veneno de las verdades Parciales
 La profesión periodística  ante los interés de la estructura informativa

Con la invención de la tipografía y perfección de la imprenta, se inicia la tercera revolución en el ámbito comunicacional, con ello comienza el fin de los mensajes de persona a persona y de los originales copiados, para dar paso a la reproducción de libros. Quienes podían adquirirlos eran capaces de dominar socialmente, debido a la superioridad cognoscitiva que obtenían gracias a este medio, luego pasa a una distribución más equitativa a través de la reproducción del periódico, redactado por amantes a la información, hoy profesionales capacitados en brindar información de calidad.
Es el periodista el encargado de vigilar que la información llegue al público tal como debe llegar, sin orientarse hacia ningún extremo del hecho o interés personal o del medio, de manera imparcial, acercándose más en lo posible a la objetividad.  Esta es la realidad anhelada del periodismo, periodistas imparciales que defiendan la libertad de expresión OPORTUNA a capa y espada. Pero la realidad es otra, es así que Dan Lacy establece una ley del embudo a la inversa, en la cual lo importante es apoderarse de la parte angosta, los que dan el mensaje son menos en proporción a los que lo reciben. “Mientras más ancha es la boca de salida, más angosta es la entrada”[1]. Ley que hace referencia al papel de los más poderosos y el control que ejercen sobre los medios de comunicación y el público que hace consumo de estos. Para algunos estudiosos mas la comunicación social, no existe; se debería denominar en cambio simplemente información, y esta como el derecho de unos pocos para dirigir la Humanidad.
Para María Teresa Ronderos, el caso se debe tomar con pinzas, es cierto que en algunos países como México y Venezuela, la Libertad de Prensa suele ser violada por los intereses de los grandes o del Estado, sin embargo existen países (lamentablemente son en menor cantidad) en los que se utiliza los medios oportunamente y se sanciona respectivamente a quienes hagan mal uso de este. “Una de las tareas fundamentales de la prensa es controlar el poder, vigilar el poder, es denunciar aquello que está mal, es hacerse de la voz de los que no tiene voz para poderle hablar duro al poder. Y, por supuesto, esto al poder no le gusta. Pero en gobiernos democráticos hay un mínimo manejo de esto, en contraste con gobiernos autoritarios donde las cosas pasan a mayores, pasan a los insultos”[2].

Toda censura, previa o indirecta, viola las normas internacionales y constitucionales que protegen la libertad de expresión e información. Pero también la 'autocensura', adoptada por el propio medio de comunicación o sus periodistas, en que estos deciden evitar la difusión de informaciones que puedan incomodar a determinados intereses políticos o económicos con los que se alinean” [3] menciona Cesar Hildebrand en un artículo publicado en 2006, refiriéndose hacia la censura en el periodismo.
Existen muchas formas de callar a un periodista, una de ellas es por cuestiones económicas, pidiéndole que renuncie al medio, la libertad de prensa queda reducida en libertad de empresa; otra forma menos sutil es la política, aplica violencia, persecución, expulsión de su país, faltándole a los derechos humanos, y una autocensura que no solo puede ser por temor del periodista, existe una forma terriblemente catastrófica en cómo se manifiesta y es debido a la ignorancia del hecho en sí o del proceso de este; la desinformación es arma esencial de la guerra psicológica, empleada para manipular a la opinión pública. “Denunciar a un dictador es un deber que puede darte prestigio. Pero adular hasta la náusea a un amo es construir la cárcel de una obediencia de entrecasa” [4]
Se remarca con frecuencia la dependencia del periodista a un medio este, del estado, a su vez de organismos como la SIP, a su paso, la cadena se hace más larga; motivo por el cual se condena por la población la intervención del estado, algunos ejemplos a lo largo de la historia en países hermanos como México, Venezuela, Cuba justifican este estereotipo.”Si el propósito de la libertad de expresión consiste en ampliar las fronteras del debate de modo de permitir el libre intercambio de ideas que requiere la autodeterminación colectiva en un sistema democrático, la intervención del Estado debe estar orientada a equilibrar las limitaciones que causan las desigualdades sociales, económicas y culturales[5]”.

“Las políticas para enfrentar la desigualdad en la región deberían considerar e incentivar la participación de la sociedad civil en las políticas públicas” [6]
Los programas sociales de enfrentamiento a la desigualdad, suelen consistir en programas asistencialistas que “benefician” de manera aparente a la población, cuando en realidad no es ese el proceso adecuado que se debe utilizar; es importante que se vigile el papel de las políticas de estado y la vez se logre la intervención de la población que se encuentra involucrada en el tema, incentivando el conocimiento, la participación, el nivel crítico y la busca de soluciones de los pobladores, ganándosela confianza del público, empoderando a la comunidad, logrando resultados más vistosos.

Pero, ¿que implica gozar del derecho de libertad de prensa? No solo se goza del derecho, este viene acompañado del deber, de comunicar imparcialmente e intentando llegar a acercarse a la objetividad, la información objetiva, no ha existido nunca, no la habrá jamás mientras sean seres humanos los que vean un acontecimiento y luego hagan de conocimiento de este a su público. Para ello no se debe recurrir a omitir partes de la información, a maquillar notas ni a coquetear con la opinión pública.
En caso de no cumplir un adecuado papel de periodista, confundir a la población y desinformar creando caos social, el estado, implicados así como las organizaciones destinadas a reguardar la integridad de la libertad de expresión oportuna se encargarán de sancionar.

La prensa independiente, esa que desapareció paulatinamente hace muchos años en casi todo el mundo para dar pase a los oligopolios comunicaciones, es la que hoy hace falta, una prensa aguerrida, moral, ética, que no siga patrones establecidos por la SIP, por el pentágono o por tantas otras Instituciones que aparentemente refuerzas una Libertad que ha sido reducida en muchos casos. Hacen falta periodistas conscientes, leyes que rijan los medios, las tarifas el funcionamiento correcto haciendo caso a omiso a los intereses de los grandes. El periodista es uno de los profesionales, mal remunerados, que no cobra por las horas extra, por los sacrificios que realiza al día, ni por los riesgos que corre, pero es quien más orgullo debe sentir de hacer de su profesión parte de su vida, no hablo de conformismos, hablo de moral. “Merecer el odio de miserables es parte de esta tarea consistente en enseñar a decir “No”. Pero ningún odio me intimidará. Me acoge la temeridad de creer que puedo equivocarme en cualquier cosa pero que tengo la razón cuando hablo del interés público como principio, método, inspiración y objetivo”. [7]
Estas palabras, son razones suficientes para creer en un periodismo justo, cuyo único fin es la búsqueda de un bien social en bien de la comunidad. Un trabajo muy plausible, pero que pocos destacan, pero así es el periodista y su labor. A la sombra de lo que la sociedad necesita y debe ser advertida, así es el periodismo.




[1] RUIZ Efraín. “La tercera Colonización: el poder de la información en la era tecnológica”. 1era Edición. Barcelona. Editorial 1990.
[2] Org. Sala de prensa. Año XI, Vol. 5
[3] HILDEBRANDT César. “Libertad de prensa y de empresa”. La República. 2006.
[4] HILDEBRANDT César. “Libertad de prensa y de empresa”. La República. 2006.
[5] Artículo publicado en  el quinto poder - Julio 2011- Chile.
[6] MATTA María Pia. “Democracia, poder y medios de comunicación”. Leomonde Diplomatqie Brasil. Agosto 2011.
[7] HILDEBRANT César. “Entrevista diario la República”. 2006.




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ENTREVISTAS:
Angel Vallejos Pasco- Editor Norte de la República. 



                      



Juan Vejarano - Coeditor Norte - La república, Conductor de noticiero informativo- USS Satelital.


                      

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