lunes, 14 de noviembre de 2011

LA CONSOLIDACIÓN DEL PERIODISMO CIVICO CON INCLUSION SOCIAL


LECTURAS
Los géneros radiofónicos en la teoría de la redacción
La rueda de gestión de audiencias
La luna, una experiencia radial.

El papel del periodista ciudadano, y en especial en el mundo radiofónico, se ve supeditado a la diversidad de géneros y formatos en los cuales se sienta más cómodo o que mejor se adapte a su labor como actor principal en la sociedad, y es que, a manera que se va avanzando dentro de este vasto campo de la comunicación, se va conociendo mas, las necesidades y la necesidad de incluir la participación de la población como protagonista activo de esta labor.
Según, Xosé Lopez García, “el perfil del periodista profesional no sólo se mantiene, si no que se revaloriza en relación al papel con los medios y del periodismo al servicio de la sociedad”[1], y este servicio de se ve manifestado en la inclusión y el manejo de los distintos formatos, con 2 objetivos: La inclusión social y participativa junto a un buen manejo imparcial de la información.



La idea de de lo público en el periodismo cívico, se orienta al ámbito de la argumentación, de la participación, activa de la ciudadanía, y la del aporte con contenidos, no sólo en la concurrencia de informaciones, a la idea del interés común.
El espacio público ciudadano, reivindicaría la individualidad integrándola en lo colectivo, reconocería públicamente a los individuos, no en el aislamiento del ámbito privado y en las transacciones del intercambio social, sino a través del reconocimiento recíproco, iluminando así la pluralidad y la diferencia, integrándolas plenamente en el momento ciudadano.  Es preciso resaltar, lo público como lo visible, lo manifiesto, lo colectivo, lo participativo, y lo accesible.
Los géneros radiofónicos juegan un papel fundamental en esta labor, pues su división Y clasificación resulta la base primordial para el ordenamiento de la información y como se emite, buscando resultados más eficientes y de mejor contenido, expresados en sus diferentes formas. Pongamos como ejemplo la clasificación de Merayo Y Pérez que toma en cuenta la noticia dialogada como una alternativa en la emisión de contenidos, dando pie a la participación activa de la ciudadanía en las noticias.
La gestión y segmentación de los públicos también es una base importante en el objetivo de crear participación, pues todos los momentos gestionables y clasificables otorgan una visión más generalizada de lo que significa emitir contenidos a diversos públicos, con diferente tratamiento, objetivo que se logra con un estudio previo de audiencias y la adecuada gestión de estas.
“La importancia de ésta división radica en que la comunicación aporta a los procesos de descentralización que son altamente significativos, para la toma de decisiones sobre desarrolladores específicos. Permite la vigilancia ciudadana más regional y local, y posibilita la auto vigilancia de los medios locales”[2], esta afirmación dada por Laura Cárdenas Lazo,  que resume la significación del periodismo ciudadano, junto con la elección adecuada de los formatos.
“Los periodistas gestionan a su público de la misma manera que han gestionado la información que les proveen de diversas fuentes”[3], gestión que garantiza el acercamiento emocional de la ciudadanía hacia la información. ¿Pero qué sucede si esta información es tratada imparcialmente? Entonces, se caería en una tergiversación de las intenciones saludables en lo que a construcción de ciudadanía se refiere.
Es imperante contar con periodistas que defiendan su trabajo, y sobre todo, crear una cultura de respeto a la información a la verdad, donde el empoderamiento de los públicos esté controlado estrictamente a la búsqueda de la verdad.
Existe en el Perú, un círculo vicioso, en el cual se cae constantemente, y es que de acuerdo a los géneros, por ejemplo, una entrevista a teléfono abierto, la ciudadanía confunde los conceptos del respeto, pluralidad y permisividad a la hora de lanzar adjetivos o calificativos que poco o nada tienen que ver con la construcción de ciudadanía que un periodista ciudadano y participativo busca.
Entonces ¿Cómo solucionar este dilema? La respuesta está en lo antes mencionado, en la gestión de los públicos.
Se ha intentado de muchas formas hacer periodismo ciudadano, pero ¿Cómo combinar estos factores en uno solo? La respuesta estaría referida a una conjunción de lo que se llamaría: Ciudadanía participativa con respeto a la verdad.
Tener un periodismo participativo, es también correr riesgos, pues los formatos a escoger y a ser utilizados, son presa fácil. La búsqueda de la tan ansiada objetividad, moldeó de manera contundente las labores de los periodistas y permeó su formación, “A partir de esta formación surge el dogma de la información como espejo de la realidad, y la necesidad de crear moldes informativos llamado géneros periodísticos que dieran cuenta de ella”[4].
Esta afirmación aplicada  a la realidad es cierta, pues el tratamiento de la información de manera imparcial reverbera la intención de hallar una verdad sin máculas, algo que hasta ahora ha sido imposible de lograr.
Y es que al otorgar participación ciudadana dentro de los géneros, y buscando imparcialidad, se cae en un vacío informativo, debido a que los seres humanos proporcionamos opinión pública, a diversos temas, y más aún si se participa en temas promovidos por los periodistas en su afán de gestionar públicos e información.
Por eso es importante la especialización, ¿Cómo lograr especializar a un periodista para que sea participativo? La solución está en la formación académica orientada a la comunicación para el desarrollo, con implicancia en el campo periodístico. De esta forma se acerca a la visión de una sociedad, inclusiva, participativa y realmente social que busque la objetividad lo más cercano posible, y sobre todo que aproveche todos los formatos, explotándolos al máximo, teniendo en cuenta la importancia y el adecuado manejo, si se logra todo esto, pasaríamos a un nuevo nivel del periodismo, denominado el Periodismo Cívico, “El periodismo cívico, quiso responder a esta situación, vinculando su audiencia, en los temas, haciéndola partícipe de las soluciones, lo que aumentó la credibilidad de los medios, y generó nuevos públicos, es decir un periodismo de sentido común”. [5]
En resumen, la confiabilidad del nuevo periodismo se aboca a la búsqueda del sentido común, y la resolución de los conflictos sociales, aportando protagonismo a los principales actores de estos dilemas: la sociedad. Haciendo esto, el periodismo ciudadano, habrá aprovechado todas sus formas, y respeto la búsqueda de imparcialidad. Esperemos que así sea.





[1] LOPEZ, Xosé. “BITACORAS: La consolidación de la voz del ciudadano”. 1era Edición. Madrid. Editorial Netbiblo. 2010
[2] CÁRDENAS Laura. “Comunicación y Construcción de ciudadanía: aportes para el desarrollo”. 1era Edición. Madrid. Editorial Catarata. 2009.
[3] PASTOR Lluis. “La rueda de gestión de audiencias”. Estudios sobre el mensaje Periodístico, (13): 178.
[4] MIRALLES, Ana María. “Periodismo, opinión pública y agenda ciudadana”. 1era Edición. Bogotá. Editorial Norma. 2001.
[5] BERNABÉ Javier. Periodismo preventivo: otra manera de informar sobre las crisis. 2da Edición. Madrid. Editorial Catarata. 2007.




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ENTREVISTAS:
                                       
                                                                                         Elar Silupú Peña.










                       





Conductor del noticiero de  Radio Santa Victoria de 12 a 2







1 comentario:

  1. Aretusa,
    El plazo venció y no publicaste lo indicado en tu blog. No califica.

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